Buenos días, o buenas tardes, o buenas noches

Saludos. El presente blog busca funcionar como plataforma para dar un acceso libre y gratis a mi obra. Para quienes les interese pueden visitarlo periódicamente, pues semana a semana voy a subir nuevo material.
Se agradecen los comentarios y la difusión.

jueves, 19 de diciembre de 2019

Los tejidos del aire




Una historia no debe comenzar con una pregunta, como por ejemplo preguntarse cómo comienza la historia cuando el punto de inicio se pierde en las variables del recuerdo, y al igual que los sueños se ubica en un punto sin saber a ciencia cierta cómo se ha llegado allí. Así de pronto a partir de una idea se comenzaron a edificar otras ideas y luego sucesivamente imágenes, susurros, arrullar entre laberintos, escombros de telas y tejidos que se entrampan en el ramaje subacuático de las lindes del bosque. Un tejido es una estructura fósil en la cual se solidifican todos los sonidos emitidos en el proceso de su confección, ser un tejido de silencio es dar una forma molecular a la lana muy distinta a ser un tejido acompañado de un relato o de una composición musical determinada, no es lo mismo vestir de silencio que vestir de música o vestir de narración.
En esas cavilaciones me encontraba al amanecer mientras el sol comenzaba a evaporar el rocío del jardín, y allí recostado entre el pasto a media altura podía ver el vapor nublar mi vista, el cielo se fue atenuado por este vapor de rocío cuando de pronto una música me sustrajo en su tamborileo declamar y sin previo aviso se produjo la explosión de mis demás sentidos. El primero en activarse fue el olfato, el cual se fue penetrando de sensaciones ácidas y asfixiantes, hasta que de pronto mi vista comenzó a sentir un picor extraño e inexplicable, no sé de qué forma mi vista y olfato se abrumaron de sensaciones.
El aire, fuera de su humedad, se encontraba en absoluta pureza, sin embargo mis compuertas de la percepción decían lo contrario al punto de que mi entorno se comenzó a enrarecer, luego de que el vapor se volviera cada vez más denso hasta parecer una humareda que impidiera ver en cualquier dirección, se agudizo la sensación agobiante al paroxismo, en el cual mi audición también se vio afectada, ya no era una armónica tonada lo que ingresaba por los laberintos de mi oído interno, ahora eran proclamas y estallidos constantes.
Un viento vino a despejar la densa humareda y los edificios se dejaron ver, junto con el pavimento y la multitud de gente, una inevitable turbación me llenó los sentidos, comencé a correr sin una dirección clara, queriendo abrir el aire hasta entrar a esa idea primigenia que pudiese desbaratar todo este espacio en ciernes, pero la historia ya se ha vuelto una rama torcida desde hace tiempo y quebrar el espacio-tiempo del devenir sostiene una resistencia de acero, más no dejo de irrigar ácido a mis articulaciones para vencer la velocidad que permita rasgar el aire como una cuchillada de luz sobre la cual emprender vuelo al filo de la materialidad, más allá de los cuerpos que nos encierran, más allá de las proclamas que nos encapsulan, en el encuentro mágico donde el sí mismo no posea culpa del sí mismo, y nadie más transite su vida como una herida de no darse la libertad de ser.




miércoles, 29 de mayo de 2019

Habrás de navegar por ese frío




Te paseas por los pasillos como por un laberinto de personas.
Son nueve las habitaciones que se repiten en su cotidianeidad
en medio de la cual esa voz busca ser un crescendo
quebrando el tiempo del ser en este infierno azul de concreto

Una palabra flota
busca salir de esta niebla
con un sueño de rocas ahogadas
ruidos sordos que apagan la vista
masas en un silencio de precipicios.
De pronto, un nombre
que señala tal ruta:
La luna agrietada
gotea la sangre luminosa de la noche.

Habrás de navegar por ese frío
en medio de esa agua de carne bajo los paraguas fúnebres
has de escuchar ese paisaje
que el suave oleaje canta
el canto de un verso que quiere hacerse carne.

Hay que escuchar el canto de los pájaros estelares
y el murmullo del mar cósmico.
Abrazar la palabra como a un fuego
que transforme edificios e instituciones
en un agua metálica de grandes banquetes
dulce picor de vinos de otros ríos.




jueves, 9 de mayo de 2019

Fuego azul.





El oro de un fuego de otro mundo
ha iluminado este sino sombrío
viento que corta en el sueño su brío
como ave de un cielo desnudo.

Los que quisieron cantar bajo el puente
el canto de algún fuego ya extinto
rastro de la muerte de lo divino
eco azul del oro de otra fuente.

Todo ha de volverse color ruina
sombra que sobre la memoria ciernes
forzoso brío de la estirpe equina.

Cuerpo del tiempo sobre si se yergue
alta cumbre ni subsuelo esquiva
fuego azul inevitable vertiente.

martes, 30 de abril de 2019

Haiku


2
A quién ocultas
Bajo esos dos metros
Que te alejas.



5
Ave en lluvia
Que buscas primavera
Sueñas llover.



6
Tus ojos cierras
Que el breve sonido
Hiere la lluvia.



7
Los días detienes
Contemplando arboles
Ya deshojar.



8
Te buscas fuera
Que es otro espacio
En el adentro.



9
Ciudad lozana
Postal de un lugar
Inexistente.



10
Beben el vino
En las mismas escalas
De ríos de sangre.



12
Un ave canta
En la luz otoñal
Del abedul.



13
No ves otro mundo
Más allá de las rejas
Que te has puesto.



14
Del spleen pasado
Jeanne solo te queda
Sentir desprecio.

lunes, 8 de abril de 2019

Haiku



1
La lluvia canta
En el cántaro lleno
De universo.



3
Abre el puente
Ciervo blanco que sangra
Fuego azul.



4
Un perro ladra
En la noche no suena
Como un perro.



11
Solo nos queda
La honda soledad
De estar vivos.



lunes, 25 de febrero de 2019

El engaño de la luz.




Un pavo real despliega su corona
con mil ojos azules
que abren caminos hacia el bosque
a la oscuridad del jardín
donde los laberintos se ciernen a la luz de la luna.

Pequeños planetas orbitan los ojos
de galaxias extintas al comienzo de los tiempos
fragmentos suspendidos como polvillo a la luz de las lámparas
inasibles sustancias ya extintas
áridas como estudios de arqueología.

La velocidad de las estrellas su cartografía anula
como una muerte que se contrae
sobre sí misma.

Un pavo real se pasea por la azotea
entre viejos maceteros y colillas de cigarros
pierde sus plumas ante la tormenta

Hacia el interior de los pasillos blancos de esta casa
se escabullen gritos sordos
y cánticos sacros que buscan abrir el aire
como un prisma opaco:
bailes de ratas royendo los huesos
en rituales angélicos.

La realeza se sienta sobre los cipreses
e inspecciona sus marmoleados mausoleos
mientras goza en el suplicio
de un universo que se contrae
de una muerte que se cierne
como luz de luna
sobre el óxido de la lluvia.

Aflora la bestialidad en pulcros ropajes
y utensilios de disección
que irrumpen en la oscuridad de la carne
trazando un mapa de agonía
en las secretas habitaciones de subsuelo.

Hermosas ciudades emergen
como coloridos pavos reales
se ofrecen cual placebos
de un tiempo olvidado
de una rueda desenfrenada
que todo lo llena de precipicios.

Adviertes el engaño de la luz
el cemento, los bosques, sus laberintos
más avanzas por las mismas rutas
de vidas que se apagan como estrellas
imposibles de cartografiar.