En
el bosque dentro del bosque
hay
un rincón más oscuro
donde
se da a luz la noche
y
ninguna luz artificial ha tocado
donde
el relámpago no penetra
se
posan sobre el pasto los más bellos frutos
ajenos
a la pudrición del cemento
por
allí merodean vientos silenciosos.
He
soñado con ese paraje
lleno
de ceguera
la
fluorescencia me sustrae.
Hay
una puerta pequeña que nadie osa cruzar
lejos
de todas estas paredes blancas
he
pensado largamente este invierno en esa abertura traslucida
en
una hoja filosa
en
un caracol
y
las siluetas de los cuerpos extintos
la
ondulación geométrica de la porcelana que se agrieta.