Buenos días, o buenas tardes, o buenas noches

Saludos. El presente blog busca funcionar como plataforma para dar un acceso libre y gratis a mi obra. Para quienes les interese pueden visitarlo periódicamente, pues semana a semana voy a subir nuevo material.
Se agradecen los comentarios y la difusión.

sábado, 12 de noviembre de 2016

La luz rota.



No es el rojo
Ni el azul
Ni mucho menos el amarillo
No es el armario vacío
Ni la despensa llena
De cucarachas
De ratones bajo la cama
No es el blando
Placer del cigarrillo
No es la astucia
Ni la estupidez
No es la olla llena
Del vecino
Y el estómago vacío

Es la incansable luz
Que se cuela por las cortinas
El sonido de patrullas
Y las bocinas
Y los motores que explotan
El lento desgaste de la piel
Y la sutil pérdida de la vista
Es la soga
Que se corta
Mordida por las ratas
La que me corta el sueño
Y que me despierta
A las 4 de la madrugada
Sin saber en dónde.



martes, 8 de noviembre de 2016

Epitafio 763



Desciendes un escalón a la vez,
más abajo los dados no han sido lanzados,
habrá descanso cuando nos diseminemos en gusanos.

No apures el paso
el descenso no es cosa de un día.
Ya se abre la vida
como un callejón sucio,
nuestra historia
no es más que una taza despedazada en la acera
no insistas en componer sus formas
es inútil buscar un sentido
recolectar fragmentos.

Ya vamos a llegar a ese lugar
donde la lluvia sea como la infancia
un árbol seco
bajo cuya sombra jamás descansamos.



jueves, 3 de noviembre de 2016

Epitafio 8389



El recuerdo vuelve a dar nuevamente los mismos golpes
como un boxeador los recibo con entereza,
mi orgullo me impide cualquier emoción,
salgo de la escena con la dignidad del guerrero
y bajo mi preciado icono derramo una lagrima.
El tiempo ha pasado y las manos me tiritan
me cuesta arrodillarme en un rezo
y los cánticos se han vaciado de todo significado.

Vivo con personas cuyos rostros no reconozco
y he comenzado a temer a los espejos
malos sueños me persiguen
pero no son míos, es otro el que los ha vivido.
Me aterra salir de esta habitación y perder el camino de regreso
aunque la idea de un accidente fortuito me parece confortable.

El tiempo ha perdido su mesura
y cada instante porta un infinito.
Lo atroz del noticiero me divierte
como una historia de ficción que transcurre en una mente enfermiza.