Buenos días, o buenas tardes, o buenas noches

Saludos. El presente blog busca funcionar como plataforma para dar un acceso libre y gratis a mi obra. Para quienes les interese pueden visitarlo periódicamente, pues semana a semana voy a subir nuevo material.
Se agradecen los comentarios y la difusión.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Incisura.



Un huevo agrietado
deja gotear cuerpos fractales
como un líquido metálico
que se transmuta en su caída
va perdiendo su centro.

Olas azules
forman una geometría vidriosa
que codifica el oleaje.

El frío se vuelve filoso
como una palabra fantasma
que desde muy atrás
viene a cercenar la carne.

El aire también tiene una grieta
entre cada respiro
que inflama las brasas
y opaca la transparencia.



martes, 19 de septiembre de 2017

Los retornos I.



Descendiendo por la calle empedrada
emergen banderas y antenas
techos oxidados y árboles secos
rostros infantiles que envejecen de golpe
ante el golpe de hacha de los días,
un pescador cojo recoge botellas en los basureros
y los perros le rodean
confundidos por el hambre y el olor.

La noche se trepa por su piel
oscurece sus costillas,
asediado por las fauces feroces de los perros,
mientras le llaman por un nombre que no reconoce
y su rostro le parece extraño
como aquellas mascaras
con que revivimos a nuestros deudos
en oscuros días de fiestas.

Vuelve a su vieja morada
a cuidar los abandonados botes
que se pudren lentamente
en el ir y venir del oleaje.
Retornan los días idos
como en esos borrosos documentales
las embarcaciones rompen mar adentro
mas la vida en esta costa se desvanece
el barro se adhiere a los nervios
penetra la carne
con el frío como una mortaja.

Atrás, en el sueño,
un sol artificial amanece
haciendo madurar las frambuesas entre espinas
mas estas ya no dañan.
El jardín ha recuperado su dimensión infinita
y la casa su forma de laberinto
la guarida segura donde todo pierde su gravedad
las ilusiones y sonrisas flotan libres
ahora que volvemos
                                    a esa vieja lluvia de la infancia.




sábado, 9 de septiembre de 2017

Los retornos IV



La superficie interior de la copa
contiene una débil capa de aceite
tan frágil como la escarcha
que se acumula sobre los vidrios
y se posa en el césped,
un soplo hace desvanecer
todo es espejo acuoso
y se lleva los rostros con sí.

El camino prosigue
chocando continuamente con uno mismo
y todas aquellas personas
son solo siluetas en medio del humo que deja el cigarro,
vagas luces
que en algún puerto hicieron evitar los roqueríos.

Adiós casa de la infancia
portal oscuro entre pisos, Adiós.
El silencio es cautivador entre la lluvia
persiguiendo fragmentos de luz
que se diluyen sobre los charcos.
Seguiremos buscando esa isla
que perdimos en un tiempo del que ya no hay recuerdo.

Una sombra ocre se tambalea en el viento
y deja ver las variadas escalinatas que avanzan hacia lo profundo.
Muy dentro entre anillos y arterias
hay un campo de espinas
del cual no se regresa
sin cubrir la piel de llagas.