Los
días pasan sobre mí
lentos
como procesión de hormigas
arrastran
sus aromas
y
se disuelven en un estallido
como
una gota que cae sobre el océano
quedan
allí totalmente irreconocibles.
Un
eco emerge como voz gutural
desde
las grietas de la piel
la
sequedad la resquebraja.
Todos
esos rostros pierden su expresión
deambulan
con un carácter de ausencia,
intento
mantenerlos
entre
las aspas del tiempo
un
afluente se suma a mi cuerpo.
Caigo
como caen las cosas que ya no pueden
conservar
escasamente sus cuerpos.
Esto
ya ha sucedido antes
las
acciones vuelven sobre sí mismas
siempre
es primera vez
si
tan solo ese viento no llevara en sí una grieta.
Vuelvo
a recorrer la huella con el pensamiento
dubitativo
a penas doy un paso.
Más
adelante alguien observa de forma conmovedora,
con
el rostro grávido,
cosas
que no soy capaz de ver.
Bello poema, Dinko. Los últimos versos me recuerdan una imagen tierna: Una vez mi mamá quizo grabar con su teléfono un video del mar de Mehuín, pero como no cachó que la cámara del celular estaba en modo selfie, se grabó a sí misma mirando el mar. Entonces, no estaba el mar, pero sí una mirada a través de la cual se podía imaginar el mar.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Trato de mantener la continuidad de las publicaciones pero me falta indagar mas en las herramientas de esta plataforma. Es bueno tener alguna opinión sobre la recepción de lo que publico.
ResponderEliminarSaludos.