Tengo
una sombra atorada entre las costillas
y
en la espalda un frío a mesa de disección
fuera
el mundo ha estallado
leo
periódicos, noticieros y fotografías
los
cadáveres se acumulan unos sobre otros como todos los días
un
niño, que es todos los niños, muere de frío bajo unos cartones
yo
acá, preguntándome por la lluvia sobre el océano y el silencio de los pájaros.
Un
frío de mesa de disección me corre el cuerpo.
Está
bien, no oiré más ese dolor que es el mundo
realizaré
pequeñas tareas cotidianas
y
me distraeré de ese descenso irrefrenable que es la existencia
usaré
algunas frases pre-hechas para fingir conversaciones
tendré
una pareja y luego la engañare para volver a tenerla
haré
largas colas y periódicos exámenes médicos
hablaré
con desconfianza y sospecha de los demás
y
tendré alguna peculiaridad poco escandalosa
viajaré
a lugares de postales
procuraré
enfermarme de lo que en ese momento esté de moda
con
todo, sentir que se me hiela la sangre por un frío a mesa de disección.
Mi
cuerpo es un territorio en disputa
deformado
y rehecho mil veces por anuncios escurridizos
luces
de neón que escanean mis ojos
les
incrustan imágenes
y
la recamara se inunda de un frío a mesa de disección.
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