Esa
fiebre que inmoviliza y traspasa todo el cuerpo
hasta
dar la profundidad en que lo otro se amalgama al uno
en
un estado intermedio el devenir es eyectado del espacio
y
no hay acción ni promesa de sucesos
solo
el tiempo que se desliza como un cauce de lava quemando la horizontalidad del
cuerpo
el
cuerpo, porque todo es cuerpo, se tensa hasta casi destruirse
sus
extremidades se conectan con cada lugar del mundo
y
el sufrimiento le desborda la sensibilidad del cuerpo.
Tus
secretos y oscuros crímenes emergen para reclamar su memoria
al
principio las imágenes concurren de forma vertiginosa
luego,
luego queda el vacío tras la mente
la
constante inactividad hace del dolor la única medida del tiempo
un
último rostro, una voz, se pierde tras las brumosas aguas de la memoria.
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