La
imagen se resiste al olvido.
Ya
se esfuma el sonido de la lluvia
cuando
dejas de recordar
la
voz del viento en el tejado, el olor del pan
a
punto de quemarse en el horno.
No
preocupes:
seguiremos
atizando las brasas
alimentando
de leños el fuego
preparando
el café sobre la estufa.
La
lluvia arrecia sobre la ventana
apagando
la luz de la tarde
al
fondo, un pequeño sonido de bisagras,
como
un hielo que se resquebraja,
abre
la puerta del aire.
El
banquete se acerca
las
mesas ya están puestas
a
la sombra del abedul.
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